Iogrea

Hacía mucho que no íbamos por patones y qué mejor sitio para probar mi nueva horquilla que unos senderitos y trialeras de pizarra?
Dicho y hecho, nos presentamos en el polideportivo de patones Juanqui, Luis, Nacho y Navarrete, Ricardo (que se había confundido y estaba en Torrelaguna) y yo. Iban a venir unos amigos de Luis pero a última hora cambiaron de opción.

Luce un sol del carajo y aunque a primera hora hace fresco terminará haciendo casi para ir totalmene de corto.
Las primeras sensaciones con la ata55 son buenas, la he dejado bastante bien de presión y me noto muy cómodo.
Disfrutando del sol y del agua que corre a raudales llegamos al pontón de la oliva y remontamos la pista para afrontar la primera trialera. No se si son las ganas pero la horquilla funciona de lujo y bajo embalado persiguiendo al resto ya que al fotógrafo nunca le esperan grrrr.







Remontamos para hacer la segunda trialera y Ricardo se pega un piñazo de impresión al metérsele la rueda en un surco. Fotitos en la trialera que baja al río y Ricardo vuelve a pillar... hoy no es su día.
A Luis le da un pequeño mareo y paramos un poco a repostar antes de calarnos los pies en el rio, que va con agua y las piedras redondas ofrecen poco agarre a las cubiertas.





Empezamos a remontar por la subida de las abejas pero tenemos que abortar porque los panales están a rebosar y no es cuestión de ganarse unas picaduras inecesarias así que subimos por la pista.
Tras la subida y unas rampitas llegamos a la V y nos da el alto un cazador. Están de batida para jabalies y no quieren que pasemos! Hay que reconocer que el hombre era muy majo (nada normal en los cazadores) pero no hay derecho a que corten porque si un camino público y encima amenacen con dispararte si les llevas la contraria.
Qué país es este en el que tener dinero y un arma es lo que da el derecho??? totalmente indignante.

Esperamos a que los perros remonten el otro lado de la V y nos tiramos metiendo mucho ruido para que vean por donde vamos... y si se espanta la caza... pues mejor!
Yo voy el primero y no me entero pero por lo visto algún perro rezagado se bajó y se le encaró a Luis mientras que los cazadores le chillaban. Un par de palabras lo resumen. Indignación, injusticia e impotencia frente a estos señores...







Disfrutando el sendero se me pasa el mosqueo y la última bajada orgásmica a patones me quita todos los males.
El pueblo está abarrotado de domingueros que pretenden llegar con el coche a la puerta del bar colapsando todas las entradas y mientras que nos miran aparecer asombrados nos reimos de los atascos que montan por no andar unos metros desde patones de abajo...

En los melones nos damos una opcional con una buena dosis de risoterapia a cargo de Luis y Navarrete y sus aventuras.
Un día genial con una ruta corta pero muy disfrutona, muy buenas sensaciones con la horquilla y mejores con la compañía.
Qué más se le puede pedir a la mañana de un sábado??