Iogrea

Este invierno está siendo caprichoso y tras la "tormenta perfecta" del sábado pasado, que en Madrid no fue para tanto ya que salimos Juanqui, Frodo y yo con la bici y sólo nos mojamos un rato..., este finde tocaba bici porque escalar nevando no es lo suyo pero amanece el sábado con un nevadote de infarto en la sierra.
Tanto que Ricardo me dice que me espere que de momento no ve la calle desde su ventana hasta que no pase la máquina!

Así que vuelta a la cama y una horita después salgo tranquilamente con Frodo y sin bici hacia Becerril donde me junto con Ricardo y Curro y nos vamos a Cercedilla.
La nevada ha remitido y caen copitos pero está todo blanco como hace mucho tiempo.

Aparcamos en la base de la vereda con nieve en la cuneta y ya salimos directamente pisando nieve a la altura de Cercedilla. Qué gozada ver cómo disfrutan los perros y cómo nos lo pasamos nosotros pisando esa estupenda nieve polvo!





Subimos por la vereda de en medio hasta el camino de la república donde hay unos 30cm de nieve y tras jugar un rato a bolazos con los canes descendemos al trote por la vereda alta, que a esa altura la estrenamos nosotros ;)







Paseo entretenido con unas vistas espectaculares ya que incluso abre un poco el tiempo para dejarnos unas preciosas estampas.



Silvia curra y no tenía prisa así que Ricardo me invita a comer y nos zampamos un maravilloso kilo de almejas con 400gr de setas frescas que hacen las delicias de nuestros paladares. Preciosa manera de arreglar un día que, en Getafe, salió gris y lloviendo y que cuando volví seguía igual.
Parece mentira lo que cambia el tiempo y el paisaje en pocos km y se cumple mi teoría de que SIEMPRE merece la pena el riesgo y el madrugón para disfrutar de estos momentos.