Iogrea

Parece que dan malo el resto de la semana así que aprovechamos que ha salido un día perfecto para darnos un homenaje en un sitio al que no solemos ir por lejanía. El valle de Lozoya en la sierra Norte de Madrid.

Hoy si que no hay la más mínima prisa por parte de los participantes.
Nos juntamos a una hora relajada JoseRa, Muriel, Nano, Silvia, Frodo y yo en Rascafría y salimos rodando casi a las 11 con solazo y una temperatura muy agradable que hace que Jose vaya en manga corta.



Recorremos el carril bici hasta las presillas y seguimos en dirección al Gr10 para comenzar a subir por la pista interminable que nos dejará en el carro del diablo.
Durante la subida aprovechamos para ponernos al día y charlotear mientras cotilleamos por si apareciera algún sendero digno de ser investigado.



Paramos a reagrupar en los cruces de riachuelos y Frodo aprovecha para remojarse de lo lindo y sin quererlo nos encontramos preparados para una bajada muy divertida y larga.



No es de dificultad si no de las "flow" aunque hay que estar atento a las piedras escondidas si pillas velocidad. Los robles están preciosos y acabamos todos con una sonrisa de oreja a oreja reagrupándonos.
Frodo ha bajado como una bala y no conseguimos despegarnos de él!!



El último tramo nos hace cruzar por ganado y pasar varias puertas que siempre habíamos visto abiertas y llegamos al Paular.
Toca remontar unos metros de carretera hasta pillar de nuevo el desvío del gr10 pero ahora enfilaremos hacia Cotos.

En un prado con riachuelo nos tomamos una barrita que ya va habiendo hambre y para evitar la pestosas subida por carretera, al llegar a los chiringos de la Isla Nano me propone investigar el sendero paralelo al río que tengo pendiente.
Dicho y hecho y es todo un exitazo.



El sendero tiene algún tramo expuesto y técnico que le da aliciente pero es 100% ciclable con cierta técnica y arrojo e infinitamente más bonito que la carretera desde luego.



Te deja en la pista que sube al puente de las angosturas y desde donde ya sólo nos queda bajar disfrutando de la bonita vereda por el otro márgen del río.



Al llegar a las presillas ya Frodo tiene que ir un poco más despacio así que aprovechamos para investigar un sendero entre fincas que nos evita otro tramo de pista pestosa y que resulta ser un riachuelo en ésta época pero le da un toque aventura muy mono a la ruta.

Al final y con 33km y unos 800m de desnivel llegamos tan felices a los coches con una sonrisa plena por disfrutar de tan perfecto día soleado y luminoso en pleno otoño con unos paisajes muy vistosos.



Para acabar el día nos vamos a zampar y pensamos que en la terraza que hay en la carretera para morcuera comeremos bien y podrá estar el perro pero... NO dejan perros!
Qué lamentable la cerrada mente Española con el tema de los animales, claro que viendo cómo enseñan algunos dueños a sus perros no me extraña tampoco.
Al pobre Frodo le dejamos en el coche a la sombra a 5m nuestro con una carita que decía.... "yo os sigo fiel y sin rechistar durante 33km y ahora me quedo aquí mienrtas que vosotros os zampáis un chuletón!!! "
Qué lástima con lo bien que se hubiera dormido a mis pies el pobre!

La carne estaba buena pero el servicio LAMENTABLE. Tardaron lo que les dio la gana, para la bebida casi nos morimos esperando y al final de tanto esperar se fue la luz y tuvimos que tomarnos los postres dentro porque fuera ya empezaba a hacer rasqueta.

Despedida y cierre y 120km para casita. Lástima que no nos pille tan cerca como a Nano y cia esta tierra para poder investigar más rutas y senderos.
Bonito, tranquilo y aprovechado día completo en buena compañia. Lástima que Miriam se lo perdiera por dormilona ;)