Iogrea

Los días anteriores no daban buen pronóstico de tiempo pero nosotros salimos siempre así que, con algunas bajas a las que no les gusta el agua y tras un cambio de última hora en la distribución de los coches aparecemos Juanqui, Luis, Juan y yo para esta aventura.

Como no podía ser de otra manera el día sale perfecto, con solecito pero nubes que darán buenas fotos. Enfilamos pista para llegar a la hoya de San Blas. El sol pica y la sombra se agradece.

Sin prisa pero sin pausa remontamos la Hoya para descender hacia Miraflores y afrontar la subida a Morcuera.

La subida nos lleva un ratejo que aprovechamos para programar la próxima escapada de escalada y tras un pequeño pique de Juanqui con un carretero al que enseña que por tener las ruedas más gordas no hay que infravalorar... coronamos Morcuera.

El plan es ambicioso, vamos a subir al pico Perdiguera para descender a Miraflores y si diera tiempo volver a subir a Morcuera...
De momento nos abrigamos porque hace rasquita y descendemos hasta el desvío para pillar el collado de las palomas y subir por el cortafuegos al pico Perdiguera.



La subida es exigente pero la satisfacción de coronar y las buenas vistas que se contemplan desde la cumbre merecen con creces el esfuerzo invertido.



Barrita, fotitos, protecciones y para abajo!!! La bajada por la cuerda Vaquerizas es exigente, empinada y requiere una buena dosis de esfuerzo para mantener el control por la pedrerea estrecha que conforma el descenso.






Pero tienes una sensación espectacular de estar en la cima y fuera de la civilización aunque la tengas a 4km. Las praderas amarillas tras el verano con la luz de los nubarrones muestran unos colores muy bonitos que anuncian la llegada del otoño.






Con los frenos calentitos y una sonrisa de oreja a oreja llegamos a las primeras casas de Miraflores. He estado mirando las ortofotos y mapas a ver si consigo depurar el recorrido y evitar pueblo así que tras una primera intentona infructuosa por dar a una finca privada damos con un sendero entre 2 casas que nos deja en una senda con escalones que acaba prácticamente en el centro del pueblo.

Ya es un poco tarde para volver a subir a Morcuera así que nos vamos a la fuente del cura y tras remontar un poco por la pista procedemos a deleitarnos con la senda de bajada que discurre cerca de los límites del opus, sus saltitos, peraltes, escalones y demás distracciones que consiguen arrancarnos una vez más la sonrisa de disfrute, disparar la adrenalina y dejarnos en Soto con muy buenas sensaciones y un hambre...

Esto último tiene fácil solución y tras cambiarnos de ropa vamos al Manolo a dar buena cuenta de sus tremendas hamburguesas y disfrutar de una agradable velada post ruta.
Menudo gustazo y día completito con una ruta de 46km 1600m de desnivel acumulado y la tripa llena en buena compañía y con un día de escándalo. Así da gusto!!!