Iogrea

Abro un ojo... está blanco?
Abro el otro... la leche! si ha nevado!
jaja, en este viaje nos pasa de todo. Con razón hacía ese fresco ayer por la noche!
Ha estado nevando por la noche y hay un par de dedos en el suelo y algo más en el campo y tejados aunque aparentemente el cielo está despejado así que en cuanto salga el sol desaparecerá.

Con la suerte que tenemos ya verás como nos han cerrado el paso de Tioga y nos toca bordear Yosemite...

El buffet que viene en el precio del hotel es una chulada y nos ponemos las botas, con la tripa llena recogemos y en la recepción nos informa el chico que el paso está abierto así que vamos a disfrutar de unas maravillosas vistas.

Al ir a meter las maletas al coche nos encontramos una curiosa estampa ya que todo el cristal tiene nieve jeje.


El paso de Tioga permite atravesar por la zona norte de Yosemite de Este a Oeste. El parque tiene 2 carreteras que lo atraviesan y nuestra idea es ir de este a oeste hasta el cruce y luego al sur donde tenemos reservado el siguiente alojamiento a la salida del parque

Según nos acercamos al paso se nota que la capa de nieve es muy superficial pero el espolvoreado glasedo favorece mucho a las fotos así que paramos en el lago para sacar unas fotitos. Está espectacular.


Para variar, con el cierre del gobierno el parque está cerrado y sólo nos dejan atravesarlo por la carretera sin detenernos. Afortunadamente como no puedo hacer rutas con el pie no nos perjudica demasiado salvo que también está cerrada la zona de las secuoyas gigantes... grr!!!


Yosemite es enorme, unas 150 millas de carretera de montaña nos vamos a meter entre pecho y espalda pero me defrauda un poco. No sé si es porque he visto y leído muchas cosas pero lo esperaba más espectacular. Tiene zonas preciosas y rincones muy bonitos pero son zonas concretas. El resto del parque es bosque de pino repetido que no aporta un extra.


Teóricamente no nos dejan pero nos vamos parando en todos los miradores que queremos y hacemos las primeras fotos del half Dome desde el Norte.
Impresionantes muros de piedra granítica míticos para cualquier escalador. Incluso estuve mirando la posibilidad de escalar un poco cuando planteamos el viaje pero en general es para estar colgado varios días y no era cuestión de dejar a Silvia esperando tanto tiempo.


EL tema alojamiento dentro del parque es delicado. Hay una zona de cabañas y hoteles en el valle y luego en la zona Sur, todos con unos precios desorbitados. Habíamos reservado en el Cedar Lodge pero con el cierre del gobierno no se podía dormir dentro del parque. Una "delicadeza" por parte del hotel no habernos avisado ni cancelado ellos pero bueno, en Williams cancelamos y gracias a que nos lo hizo el del hotel no nos cobraron más que unos dolares y no perdimos dinero.

Estuvimos pensando bastante si dormir 2 días o no pero dado que no podíamos visitar nada al final lo dejamos en una noche y cambiamos el plan inicial para pasar más tiempo en la costa.

Siguiendo la ruta por la impresionante y larga carretera de montaña vamos encontrando pequeños rinconcitos como el lago donde el Otoño se ha adelantado.


Poco a poco vamos dando la curva y cambiamos de direccion de este-oeste a norte-sur. Al fondo divisamos una imagen desoladora y es que con la suerte que nos acompaña, tan sólo pocos días antes se había estado quemando una enorme zona que nos tuvo en vilo para esta zona del viaje puesto que cerraba el paso por el Tioga. Cuando volamos a los EEUU creo que aún no se podía y al salir de Nueva York fue cuando abrieron el paso.


Poco a poco comenzamos a descender bordeando la montaña y entramos en el valle. Esta zona es el corazón del parque y si que merece la pena. La putada es que nos dejan con la miel en los labios porque a pocas millas de la zona de alojamientos y de escalada está cortado así que nos tenemos que conformar con ver el gran capitán con una estupenda luz ya que aunque hemos tenido un día un poco ceniciento poco a poco comienza a abrirse.



Al lado contrario está la cascada Bridavale Falls que en esta época casí no lleva agua pero en la roca se queda la marca majestuosa de la cascada que se forma en primavera.




Esta zona es espectacular así que nos tiramos unas cuantas fotitos desde todos los ángulos que queremos disfrutando de los primeros brotes del otoño, que ya presenta sus amarillos y rojizos por numerosas zonas.







Abandonamos el valle para volver a remontar y paramos en el mirador para sacarnos unas secuencias aprovechando que tengo trípode de viaje!! ;)







Ya en dirección sur pierde su grandiosidad para pasar a ser un precioso y enorme bosque. La zona de Cabañas antes del Wawona de particulares no está prohibida así que deambulamos con el coche. Es bonito ver cómo el pueblo parece un laberinto de casas entrelazadas con los enormes árboles del bosque.



Nuestra próxima parada es una granja antes del Wawona y el propio Wawona, hotel colonial de elevado precio y no elevadas características que se encuentra a la salida del parque.


Está cerrado así que nos hacemos unas fotitos y antes de abandonar el parque cotilleamos el Tenaya Lodge, la noche está a unos 400e...
Curiosidades, veo un rocódromo portátil. Algo que no había visto antes pero lógica evolución de los rocódromos. Es una estructura montada en un trailer que hidráulicamente se eleva los grados que se quiera.


Ya fuera del parque en la zona Sur paramos a comer y nos damos un paseito corto por el bosque en una pequeña ruta de senderismo donde Silvia pasa un poquito de miedo ya que a la entrada ponía que había unos "leones de monte" sueltos. Por lo que deducimos son similares a los linces y no se suelen meter con los turistas aunque si te cruzas pueden ponerse agresivos.



Nos quedamos con las ganas de ver osos y otra fauna pero para haber estado unas horas ha sido muy gratificante. Se merece una visita con cuerdas pero eso.... será alguna vez... ;)

Osos no pero tenemos a un cervatillo comiendo de la mano en el valle para resarcinos.




El alojamiento que Silvia ha pillado es una chulada. Se llama Sierra Sky Ranch y está a 5min después de salir del parque. Nos cuesta 60$ la noche con desayuno y es muy acogedor. Es un rancho colonial y todo está ambientado. Los propietarios son supermajos y contestan rápidamente los correos. Nos cambiaron sin problema la reserva adelantándola y dado que las Secuoyas gigantes están cerradas nos explican que hay otro bosque de secuoyas que no es parque nacional y que por tanto podemos ver.
Para ello nos indican por mail cómo ir. Desde la entrada del rancho hay que ir por una carreterita de montaña hasta un bosque y luego desviarnos por una pista de tierra y un par de giros.... aparentemente parece fácil.


En la práctica termina siendo una aventura. La carretera bien, el primer cruce bien... pero luego hay 2 y se nos hace demasiado corto el primer tramo así que seguimos... y seguimos... y termino metiendo el coche por un camino cada vez más estrecho y mucho más apto para un 4x4 que para nuestro focus rojo.

Y de pronto... llegamos a otra carretera asfaltada jeje. Pues va a ser que nos hemos pasado así que toca desandar varios km que de vuelta son más complicados hasta el cruce donde nos habíamos pasado para aparcar y ya ir andando.





El sitio es precioso aunque estamos bastante solitos y comienza a atardecer y a Silvia le da un poco de cosa jeje.
Damos una rutita como de 1h que visita varias Secuoyas con un single track que en bici hubiera sido espectacular. Hemos empezado bien pero terminamos acelerando el paso que nos quedamos sin luz y llegamos al coche ya casi a punto de encender las luces. Dada la altura de las secuoyas ha oscurecido antes y al salir del bosque aún nos da tiempo a disfrutar de una bonita puesta de sol mientras que descendemos al rancho.



Nos registramos y nos dan una curiosa llave con un llavero que es una pata de conejo jeje. Toda las habitaciones tienen mirador al patio y cuál es nuestra sorpresa al ver a 3 cervatillos en el jardín! Toma ya!
Las fotos salen un poco movidas ya que casi no hay luz pero la experiencia es inolvidable.


El salón de madera es una cucada y tras hacer unas fotillos pasamos al restaurante y nos ponemos ciegos. Pedazo costillar rico que nos metemos entre pecho y espalda! Y encima tien buen precio! en el rancho las raciones son generosas no, lo siguiente jeje.


Con la tripa llena estudiamos con la wifi dónde iremos mañana y toca dormir... que mañana será otro día!