Iogrea

A que no sabéis lo que pasa al abrir un ojo...? habéis acertado..., llueve!!!
Pero bueno, no podemos quejarnos porque es una lluvia suave que, aunque moja y molesta es aceptable.

Ya nos sabemos el ritual así que recogemos desde dentro, Silvia se lleva las cosas al porche del servicio y yo recojo el techo. Desayunamos en el porche de los servicios, que es el único lugar seco (voy a crear una recogida de firmas para espacios comunes techados en los camping austriacos... y a eso de las 10 estamos de vuelta a la carretera.



La ruta del Danubio se puede hacer prácticamente completa por sus dos orillas y según elijas una u otra así los pueblos por los que pasas y el tipo de carretera.
Habíamos elegido la orilla contraria a Grein para llegar a Melk que tenía mejor pinta y tocaba cruzar.
Justo a la salida del camping hay un pequeño transbordador con una cola larga de ciclistas para ser cruzados al otro lado. Los de la cría pequeña están a punto de embarcar.
Ayer llegaron cuando nosotros nos fuimos a ver el pueblo al igual que los de la T4.1.



Esperamos un momento pero vemos claramente que en ese viaje no entramos y el puente está a sólo 2km así que pasamos de esperar y desandamos para cruzar el puente y llegamos a la zona donde atraca el transbordador justo después de que saliera de vuelta así que se tarda menos en bici que cruzando el río ;)



Nos despedimos de un Grein plomizo y vamos disfrutando de la vista de los pequeños pueblos que vemos en la orilla contraria. Hemos aprendido que se ven mejor así que iendo por su orilla, donde lucen menos. Tenemos un poco de aire a favor y el terreno es asfalto bueno y pica un poco para abajo así que pillamos un ritmo alegre y alcanzamos a muchos del grupo del transbordador



Contrariamente a la mayoría de etapas del año pasado el río en esta zona va más encajado y entre montes con lo cual rodamos bajo un bosque con el Danubio de guardián.
Chispea pero la temperatura ha subido así que nos quitamos ropa y nos vuelven a pasar, es lo que tiene la carrera de los autos locos ;)



Al cabo de unos 15km llegamos a un pequeño pueblecito donde tenía fichado un camping y es poco más que una zona de acampada pero hablaban bien de él en otas crónicas. Eso si, está perdido en la nada así que mucho mejor opción el de Grein.



La siguiente curva del Danubio tiene 2 ciudades importantes, una a cada lado.
Nosotros decidimos pasar por Ybbs y ver desde lejos Persenbeug.
Vamos rodando por un claro rodeados de nubarrones negros amenazantes y a la entrada de Ybbs hay un centro de información del Danubio y gran cantidad de bicis paradas de grupos organizados a los que les explican algo. Nosotros proseguimos y nos cruzamos con el grupo de la cría.



Menudo ritmo que llevan!!
La muchachita va rodando casi a 20 de media con las alforjas. Madre mía que peligro esta chica cuando sea mayor!





No escarmentamos ya que aquí los chaparrones avisan con segundos pero entramos al pueblo oscuro, caen 4 gotas y a medio pueblo nos cae un jarrazo que nos deja totalmente mojados llegando a acumularse 2 dedos de agua en la carretera.



Ya no hay solución así que seguimos rodando con todo chorreando y al poco de pasar el pueblo de pronto se abre el cielo y nos encontramos como antes. Como esto es cuestión de minutos, no se yo si hubiéramos ido por la orilla contraria si nos hubiéramos librado...

El tema es tan curioso que a tan solo 5km de Ybbs nos cruzamos con una señora en manga corta con su bici tan ricamente a comprar mientras que nosotros venimos de Ybbs totalmente chorreando. El agua en la zona es como un campo de minas.



El tramo que nos queda no pasa por casi ningún pueblo pero el aire que nos da nos va secando y con 52km y a las 13:05 llegamos a Melk tras pasar por unos grandes embarcaderos donde hacen escala los barcos crucero del Danubio.
En la guía viene marcado un camping pero es del estilo al de Linz, una zona de acampada libre que esta vez ni tiene servicios propios. En la otra orilla, en Emmersdorf el panorama es similar. Hoy han sido muy pocos kmy hemos llegado pronto así que nos planteamos el proseguir o quedarnos y disfrutar.



Melk tiene un pequeño casco antiguo con una placita y calle principal pero su atractivo es la abadía, en la cual dicen que se inspiró Umberto Eco para su conocido libro de "El nombre de la rosa".

Seguramente si hiciera bueno hubiéramos visto la abadía y proseguido hasta Durnstein o similar pero estamos húmedos y cansados de mojarnos así que buscamos un listado de alojamientos en Información y Turismo y nos quedamos.



Tras varias divagaciones nos decantamos por el hotel Café. Que se encuentra en el centro y parece que no va mal de precio.
El café es bonito, por lo visto existe desde el siglo pasado y conserva algunas fotos antiguas así como un comedor ambientado y una mesa de billar de época.

Buscamos la recpción pero llegamos a la cocina y detrás del bar del café sin verla. En esto se nos acerca la camarera y nos pregunta si buscamos el hotel.
Y nos explica que la cafetería hace de recepción.
Joe, la verdad que no parece nada decente y nos debe ver cara rara ya que nos pregunta si queremos ver la habitación.
Pasamos entre la cocina y el bar por un pasillo y subimos unas escaleras y nos abre una amplia y cómoda habitación sencillamente amueblada pero muy apetecible así que, una vez más, las aparaiencias engañan y hay que tener un poco de curiosidad y no dejarse llevar por la primera impresión.

Tomamos posesión poniendo a secar la ropa que llevamos puesta (lo que va en las Ortlieb va seco perfectamente) y montamos un tendedero en el baño para secar la tienda.



Duchaditos y comidos nos lanzamos a visitar la ciudad antes de que cierren la abadía así que lo primero que hacemos es ascender la colina y pagar 10e para entrar.

Salvo por el lado oeste, el resto parece más un palacio que una abadía dado sus alas, frentes y monumentalidad.
Un ala está convertida en museo y te muestran diversos ornamentos de la liturgia en salas iluminadas con curiosos y modernos colores.





Salas con cuadros y trípticos y sin quererlo te encuentras abriendo una puerta que te deja ante un tremendo mirador al aire libre de la ciudad y del valle.



Volvemos a entrar y llegamos a una preciosa biblioteca que, por lo que nos dijeron, aún se usa. El resto de la abadía tiene monjes que la usan a diario.



Aquí debió inspirarse Eco (que no los de la película) y la verdad que se merece un rato de contemplación.



De la biblioteca bajamos una escalera de caracol con un curioso efecto óptico al tener en el fondo un espejo y pasamos a la iglesia.



Nos sorprenden unas enormes coronas florales que, según leemos, están compuestas principalmente de orquídeas y son la ofrenda de los fieles para la pasada festividad de San Pedro, patrono de la abadía.







En el ticket de la abadía entra también la de los jardines pero a los pobres turistas apresurados que van en los agónicos tour guiados no les deben dejar tiempo porque estamos prácticamente solos disfrutando del Sol que caprichosamente ha salido.



Con la visita se nos han ido un par de horas así que cotilleamos el resto de la zona antigua de Melk y reponemos víveres y provisiones en un Spar antes de volver al hotel para recoger la ropa y cenar.
Y no podía pasar un día entero sin anécdota así que cuando me dispongo a encender el hornillo... todas las cerillas mojadas porque tenía la caja en el pantalón y estar 20min bajo un diluvio no ayuda.
Por si acaso lo intento con la primera... la segunda... la 20... y se han acabado y no ha encendido ninguna!!! aggghh!!
Encima las tiendas están cerradas pero... rebuscando por el rackpack encuentro 1 triste y solitaria cerilla que se había salido de la caja y... enciende!! estamos salvados!



Bonita improvisación con final feliz y agradable en un día que ha empezado muy negro pero que finalmente nos ha dejado disfrutar de una agradable tarde.